Antes de ser un hombre
yo he sido un árbol bueno
sobre cuyas ramas creció por temporadas
la tarde con sus sombras.
En aquel entonces tenía mis propios tallos
y mis propias raíces
y servía de parque a los jilgueros.
Y no me molestaba cuando los enamorados
encorazonaban mi corteza
para cruzar con flechas sus sueños
en los míos.
Era un árbol firme
y nada me importaba mas que ver mis frutos
venciendo el hambre de los niños.
No recogía uvas de los espinos
ni higos de los abrojos.
Tenía un alma vegetal infinitamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
mis fiestas coloquiales.
Era yo árbol para todos. Tronco vegetal
callado y majestuoso.
Pero sobre mi savia crecieron mis viejas ilusiones
y mis iras.
Y me elevé al infinito irrigado por el llanto
del mismo firmamento,
y resistí estoico las ingratitudes del clima
y sus tertulias.
Era yo un árbol, con ganas de ser árbol.
Mi idioma era el idioma que hablaban en secreto
los geranios,
y yo era para ellos como un hermano grande
rodeado de eucaliptos y gardenias.
No sé si he sido un roble
o acaso un guayacán de verdes hojas.
Sólo sé que me placía servir de sombrilla
a las calandrias.
Hube de conocer entonces muchas cosas.
Y a veces sentía ganas de levantar mis raíces
y echarme a volar con las gaviotas,
y como era silvestre me atraía la magia de los campos
y me gustaba compartir mis soledades con la tarde.
No me van a creer, pero yo,
antes de convertirme en transeúnte
-siendo árbol silente y majestuoso-
tenía el corazón de un ser humano.
domingo, 14 de junio de 2009
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Bellísimo poema.
ResponderEliminarDado que nuestro común apellido es derivado (del de Dios ayuda), estamos emparentados en algún grado remoto, si bien Ud. se ha quedado con la parte del león del talento lírico de la estirpe (un servidor sufre una contumaz arritmia métrica que no le permite pergeñar otra cosa que prosa escrita en renglones chiquitos).
Un fraternal abrazo desde España.
Bellísimos poemas y excelente interpretación. Aplausos y un gran abrazo
ResponderEliminar¡Gracias, CARLOS!
ResponderEliminarAcabo de encontrar un gran tesoro:
"...Hube de conocer entonces muchas cosas.
Y a veces sentía ganas de levantar mis raíces
y echarme a volar con las gaviotas,
y como era silvestre me atraía la magia de los campos
y me gustaba compartir mis soledades con la tarde.
No me van a creer, pero yo,
antes de convertirme en transeúnte
-siendo árbol silente y majestuoso-
tenía el corazón de un ser humano."
Maravillosa fusión con la naturaleza.
Un fuerte abrazo desde, España.
Yo soy un hombre común y desea publicar mis cartas, además de mi casa.
ResponderEliminarYo no hablo español, pero voy a utilizar los recursos de traducción para la comunicación con usted.
Tengo poemas, cuentos y ensayos.
Le pido que lea uno, sólo uno.
Y si usted lee dice algo distinto, como quieras (sonrisa).
Un saludo y mis mejores deseos: Jefhcardoso
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
CARLOS GARRIDO CHALÉN
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Precioso accidente que inicia mi mañana barcelonina: encontrar este hermoso poema dedicado a los árboles, mis guías, aquellos que me conectan con el infinito firmamento. Mi admiración por Vd. maestro y descubrir que Vd. ya estaba entre mis amigos...cibernéticos. Como contrapartida a esta hermosa lectura comparto con Vd. un relato que escribí a cuenta de los árboles y las confusiones. Es un cuento dedicado a estos adolescentes actuales que muy a menudo, enfrascados en sus móviles y aparatos, se pierden esta belleza que tan necesario es que ellos conserven. http://blixenlamujerdelaspalabras.wordpress.com/2013/04/11/el-arbol-de-la-confusion/. Espero que le guste. Un afectuoso saludo, Bettina Ruiz
ResponderEliminareste poema es el mejor que he podido declamar
ResponderEliminarSiempre que contemplé un árbol espere oir su alma,gracias a usted ahora puedo hablar con ellos,respeto su majestad y entiendo porque los sauces lloran
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